Creación 5: Inicio de novela

Perdidos!

Aquel era un gran día, era el día en el que íbamos a empezar el safari por África, y nos hacía a todos mucha ilusión.

Pedro me había dicho que estaba algo asustado pero que confiaba en la seguridad de estas travesías por la sabana Africana.

En el primer viaje íbamos en dos coches, el de delante llevaba a un guía conduciendo, y a nuestros padres; y en el otro iba otro guía, y nosotros, cinco alumnos de segundo explorando mundo en lo que sería un viaje inolvidable.

Ya habíamos pasado varias manadas de elefantes, jirafas, chimpancés y otros muchos animales típicos de la sabana, que tanto a Pedro, a Sara, a Juan como a mi nos habían resultado fascinantes, pero Pablo no parecía ni mínimamente interesado en aquellos curiosos seres que se comportaban de un modo tan peculiar al vernos pasar.

A mitad de camino, pasamos al lado de las impresionantes cataratas Victoria, son imponentes, nada es comparable a ellas, estuvimos media hora con los ojos fijos en aquella imponente representación del poder inmenso de la naturaleza.

Tras aquella espectacular visión, empezó a entrarnos hambre, y cuando quisimos pedirle al guía nuestra comida, nos percatamos de que había desaparecido; no quedaba ningún rastro de él ni del otro coche de safari que seguramente se nos había adelantado.
Estábamos allí solos, sin saber qué hacer.